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viernes, 30 de agosto de 2013

Tarta relax

Después de un veranito movidito y de la depresión postvacacional no viene mal un masaje para liberar tensiones y empezar la rutina bien relajados, eso si, no demasiado que nos dormimos.



Esta tarta es un regalo que le hizo una amiga de madre a su fisoterapeuta por su cumpleaños. Era la primera vez que hacía figuritas de personas y estaba un poco nerviosa por si el invento terminaba en desastre, pero por suerte al final salió todo bien, después de mucho experimentar para que la chica se mantuviese en pie.


¿Cuando la veis no os dan ganas de tumbaros en la camilla y que os masajeen un ratito? Lo que es a mí si, os lo aseguro. Solo de pensar en un buen masaje me muero de gusto. 

Hay que aprovechar hasta el último momento que luego una no encuentra tiempo para nada y estas cosas  el cuerpo las agradece de vez en cuando.

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